
Me he cansado de intentar hacerme creer que no necesito cosas. Que no lo necesito, sino que lo quiero. NO. Hay cosas que se QUIEREN y hay cosas que se NECESITAN. Hace varios años, llenaba hojas de cuadernos llorando que me faltaba algo, que necesitaba algo y no sabía qué. Cuando me cansé de lloriquear, decidí que ya no quería necesitar cosas nunca más. Ahora comprendo que esas cosas no se deciden y que todos –sí, todos- tenemos necesidades. Y sólo quienes lo admiten y se preocupan por atenderlas y satisfacerlas, viven felices.
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