A lo largo de la ruta podemos encontrar estos miliarios, concretamente en el tramo del camino de las Barcas: en término municipal de Garrovillas de Alconetar pasaremos junto al conocido como “depósito de miliarios”, grupo de nueve piezas y otras piedras de menor tamaño reunidos al lado derecho de la calzada sin que se conozca a ciencia cierta su razón. En el paraje del Baldío, fuera de la ruta, yendo por la calzada hacia el embalse de Alcántara, pueden verse numerosos fragmentos embutidos en la pared de una cerca, en las proximidades de la casa del Baldío. De vuelta al Casar, después de salir de la finca de la Higuera hallamos en el camino un grupo de tres erguidos que presentan restos de inscripción. A continuación, otro más empotrado en la pared de la derecha, partido y con una cifra romana. Por último, el Ayuntamiento del Casar acaba de colocar frente a la ermita de Santiago un fragmento del miliario que se encontraba en el Parque del Ejido, como hito simbólico de dirección para los peregrinos.
Es evidente que muchos han desaparecido de sus lugares de origen al ser utilizados como material de construcción en casas de campo y hechos trozos para hacer paredes de piedra. De todas formas siguen siendo mudos testigos de las hazañas del imperio romano y de su colosal red de comunicaciones que unía los puntos importantes de las tierras colonizadas; prueba de ello es que, a pesar de los siglos, sus huellas pétreas permanecen esparcidas por nuestros campos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario