Casar de Caceres

15/2/13

Abdicación papal

Una de las condiciones más importantes para poder abdicar es, en primer lugar, estar vivo, algo que no ocurría de manera voluntaria desde 1294 con Celestino V, que solo estuvo 223 días, ya que hubo otros como Gregorio XII, que también abdicó pero presionado por Juan XXIII, el antipapa, y con anterioridad Benedicto V, también presionado siendo el primero en hacerlo, San Ponciano, pero después de ser exiliado a Cerdeña, allá por el 235 después de Cristo.

 La cuestión es que como su antecesor de mismo nombre, Benedicto pero V, Benedicto XVI, parece que sea el primero y único que abdica voluntariamente sin motivo extra-natural, todos los demás tenían un motivo más mundano que divino, intrigas, política, guerras internas, o miedo, como Celestino V, que tras su “voluntaria” abdicación fue confinado en una mazmorra hasta su muerte.

 Lo único cierto es que tras XX siglos, un Papa sin aparente presión interna o externa, política o confesional, abdica porque considera su avanzada edad y consiguiente cansancio, perjudicial para la institución a la que representa. Desde luego, si es cierto, bien tendría que copiar el ejemplo algún político español, gobernando y/o sin gobernar, alguno también por la edad o por ser más longevos en sus reinados que cualquier pontificio conocido.

 Independientemente del acto de responsabilidad asumido por Ratzinger, la abdicación en el cargo supera la comprensión de los ciudadanos, y no por el hecho en sí, más de uno puede sentirse confundido por ignorancia, pero una ignorancia propiciada principalmente por la propia Iglesia Católica que en nada se ha preocupado de explicar y/o enseñar su propio funcionamiento, limitándose a atribuir todo su poder, organización, funcionamiento, influencia y repercusión, en dogmas, ceremonias, vida y obras de los cristianos, en manos de la inspiración divina, bueno, por orden divina, por ejemplo, ¿sabían ustedes que fue Ratzinger quien modificó en 1992 el actual catecismo de la Iglesia Católica por orden de Juan Pablo II, o que la infalibilidad pontificia, el Papa no se puede equivocar en referencia a dogmas,…,data solo de 1870 y que a su vez vino precedido por opiniones contrarias a algunas decisiones dentro del seno de la Iglesia?.

 La abdicación de Ratzinger debe ser y ha debido ser muy meditada por parte de la propia Iglesia, y lógicamente debe abrir un proceso de apertura y transparencia a la sociedad como nunca antes hayamos visto y debido principalmente a las preguntas dogmáticas o creencias erróneas que muchos tenemos.

 Que la decisión de abdicar no haya pasado escrupulosamente por la Curia Romana o Vaticana es impensable, que nunca sabremos hasta dónde esa influencia de los distintos dicasterios, sínodos de obispos, etc..hayan influido, también, y si solo es responsabilidad mundana elevada a divina, bien es cierto que solo podía hacerlo un alemán, o una holandesa, porque si es un español…

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