Casar de Caceres

15/4/13

“CULPABLES DE SER POBRES”

Acabo de leer un artículo en El País con el que no puedo por menos que estar plenamente de acuerdo. Enseguida me vino a la mente las desafortunadas manifestaciones que un político echando buena parte de la culpa (supongo que no toda) de la crisis a los consumidores por haber provocado una recesión en el consumo.


 El artículo, aborda un tema realmente preocupante que está calando en algunos discursos políticos: se criminaliza al parado "como sospechoso de holgazanería" con lo que se justifica su abandono a su suerte y las medidas de recorte (perdón, de ajuste) que se tenga a bien anunciar y tomar. Os recuerdo la cadena de responsabilidades que se establecía en el comentario que, en su momento critiqué: como hay menor consumo, se exige producir menos; como se exige producir menos, son necesarias menos manos para trabajar; como son necesarias menos manos para trabajar, se incrementa el paro; como se incrementa el paro, se consume menos... Al final, la culpa del paro acaba siendo del consumidor que no sé da cuenta de que al consumir menos actúa favoreciendo el despido. Nada parece importar que si se consume menos es porque para consumir hace falta tener una liquidez que cada vez es más complicada. Pero esa es, tristemente, la realidad. Y con ello, la conclusión del silogismo llega a los mismos culpables: los muchos consumidores parados (que ya superan uno de cada cuatro) que no consumen. O que consumen lo que pueden. Tratar de responsabilizar a ese colectivo de ser la causa del problema es no sólo mezquino sino, también y sobre todo, injusto. Porque lo que está claro es que para poder consumir hay que disponer del dinero que permita el consumo. Y cuando veo lo que entra en un número cada vez más importante de hogares puedo entender que cada vez se consuma menos. Porque cada vez somos más pobres. Pero lo que es indecente es que, encima, se pretenda decir, aunque sea de manera retórica, que "tenemos lo que nos merecemos". Porque eso no es sino una burda y paralizante forma de justificación de lo injustificable.

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