Casar de Caceres

17/4/13

BASTA YA DE ENFRENTAMIENTOS

Hasta hace sólo unos cuantos años, nadie hablaba de ganadores y perdedores, de “fachas” y de “rojos”, república y dictadura, guerra civilismo, etc. Yo creía que este tema estaba más que superado por una sociedad que desea vivir en paz, ver crecer a sus hijos y conseguir la tan ansiada prosperidad, tanto propia como ajena.

 Pero hete aquí que como consecuencia de una mal llamada “memoria histórica” a iniciativa legal del actual Gobierno, de una serie de asociaciones empujadas por una serie de “historiadores” que según ellos pretenden descubrir la verdad, como si ese tema ya no hubiese sido visto hasta la saciedad. Todos esos están provocando en la “ciudadanía” un ánimo de enfrentamiento, de calentar ánimos, de unos contra otros, como antes nunca se había visto.

 Me temo que las personas mayores que en su juventud vivieron una posguerra tan cruel como la nuestra, fuese cual fuese su bando, el ganador o el perdedor, se les pondrá el vello de punta, como por aquí decimos, al volver a escuchar una serie de improperios, venganzas absurdas y desenterrar todo lo que se pueda.

 Y me pregunto que a estas alturas de la historia, ¿qué sacamos con todo esto?, ¿quién se beneficia de la polémica?, ¿qué está pasando?, ¿por qué se utiliza la figura de un representante de la justicia como excusa para lanzar a la gente a la calle, incluida la bandera republicana? Nostalgias trasnochadas, buscando incluso el enfrentamiento directo, físico y verbal, con un partido fascista del que sólo quedan cuatro gatos.

 Qué pasa que no tenemos otros problemas de que preocuparnos: léase la fracasada economía llena de parches por quien no sabe sacar adelante un país, fracaso escolar, fracaso educativo, fracaso laboral y por ende un fracaso social, posturas además de fanáticos que pretenden atacar a las instituciones del Estado y cuyos representantes en muchos casos alientan y defienden tales ataques.

 Dejémonos de “inventos” y luchemos por sacar adelante este fabuloso país, mal que le pese a algunos y dejemos de provocarnos y desenterrar hachas de guerra.

15/4/13

“CULPABLES DE SER POBRES”

Acabo de leer un artículo en El País con el que no puedo por menos que estar plenamente de acuerdo. Enseguida me vino a la mente las desafortunadas manifestaciones que un político echando buena parte de la culpa (supongo que no toda) de la crisis a los consumidores por haber provocado una recesión en el consumo.


 El artículo, aborda un tema realmente preocupante que está calando en algunos discursos políticos: se criminaliza al parado "como sospechoso de holgazanería" con lo que se justifica su abandono a su suerte y las medidas de recorte (perdón, de ajuste) que se tenga a bien anunciar y tomar. Os recuerdo la cadena de responsabilidades que se establecía en el comentario que, en su momento critiqué: como hay menor consumo, se exige producir menos; como se exige producir menos, son necesarias menos manos para trabajar; como son necesarias menos manos para trabajar, se incrementa el paro; como se incrementa el paro, se consume menos... Al final, la culpa del paro acaba siendo del consumidor que no sé da cuenta de que al consumir menos actúa favoreciendo el despido. Nada parece importar que si se consume menos es porque para consumir hace falta tener una liquidez que cada vez es más complicada. Pero esa es, tristemente, la realidad. Y con ello, la conclusión del silogismo llega a los mismos culpables: los muchos consumidores parados (que ya superan uno de cada cuatro) que no consumen. O que consumen lo que pueden. Tratar de responsabilizar a ese colectivo de ser la causa del problema es no sólo mezquino sino, también y sobre todo, injusto. Porque lo que está claro es que para poder consumir hay que disponer del dinero que permita el consumo. Y cuando veo lo que entra en un número cada vez más importante de hogares puedo entender que cada vez se consuma menos. Porque cada vez somos más pobres. Pero lo que es indecente es que, encima, se pretenda decir, aunque sea de manera retórica, que "tenemos lo que nos merecemos". Porque eso no es sino una burda y paralizante forma de justificación de lo injustificable.

13/4/13

Monarquías bananeras

Si fuéramos a un país en el que una alcaldía, la plaza de catedrático de Universidad o el puesto de inspector de Hacienda fueran hereditarios de padres a hijos, casi todos diríamos que se trata de un estado al que le falta un hervor para la contemporaneidad. Nos referiríamos a esa nación con el adjetivo 'bananera', al que se le han añadido un par de acepciones al margen de la fruta y con matiz peyorativo. Es curioso que siempre se hable de repúblicas bananeras y no de monarquías bananeras, como si fuera poco disparate dejar la jefatura del estado en manos de una familia por los siglos de los siglos. Da igual que su abuelo apoyara la dictadura de Primo de Rivera o que el padre de su tatarabuela fuera un gañán impresentable como Fernando VII (y que me perdonen los gañanes por la comparación): todo el bagaje de sus antepasados lo contabilizan como gloria y mérito de su estirpe.

Pero la monarquía española va a ser muy difícil mantenerla mucho más tiempo, y solo la puede salvar la nostalgia de quienes gustan de cuentos de princesas y papel cuché. Las complicaciones judiciales, por no hablar de las andanzas cinegéticas, hacen casi imposible la defensa de un reinado que se inició con su designación por Franco. Desde entonces el silencio y el miedo han impedido un debate abierto y racional sobre la cuestión. Ahora esto no hay quien lo pare y llegará un día en el que podremos elegir a todos nuestros gobernantes y estadistas en virtud de sus méritos. Como decía la canción, podremos manifestar sin miedo que un rey no lo es por voluntad divina, sino porque sus antepasados se lo montaron divinamente.

11/4/13

El matrimonio en la antigua Mesopotamia

Lo que se sabe de la legislación familiar de los primeros pueblos de Mesopotamia, proviene de la lectura de numerosas tablillas de arcilla, en las que se encuentran escritas las normas que rigen los contratos matrimoniales.
 En la antigua Mesopotamia, la familia era una sociedad que tenía como base una monogamia tolerante.
 El marido sólo podía tener una esposa legítima, pero la ley le autorizaba a tomar una o varias concubinas a fin de asegurar su descendencia.
 El constitutivo formal del matrimonio era una tablilla escrita por el futuro marido en la que constaban los derechos y deberes de la esposa, la cantidad de dinero que percibiría en caso de ser repudiada y el castigo que se le infringiría si era infiel.
 Este documento debía ser emitido en presencia de testigos y previo acuerdo con los padres de la novia. El documento iba acompañado de una cantidad de dinero entregada por el novio a su futuro suegro en concepto de dote. La ley sumeria otorga cierta personalidad jurídica a las mujeres casadas. Podían actuar de testigos en un contrato de compraventa, y además podían poseer en propiedad bienes de todo tipo y disponer de ellos ni necesidad de la conformidad del marido.
El marido tenía ciertos derechos sobre la mujer, como el de reducirla a servidumbre en casa de un acreedor exigente como castigo a su infidelidad, o el de venderla por la misma falta.
 La esposa también podía ser repudiada por estéril y alejada de la casa del marido, tras haber cobrado la suma establecida en el contrato de matrimonio para el caso de repudio. Las faltas contra el amor y la fidelidad frecuentemente se castigaban con la pena máxima.
 La mujer que se negaba a cumplir con el deber conyugal podía, según las leyes, ser arrojada al río, lo que equivalía a la muerte. La que era sorprendida en adulterio podía ser arrojada al río atada al cuerpo de su amante. Sólo su marido podía perdonarle la vida.

¿CUÁNDO PERDIMOS EL DERECHO A SER POBRES?

Ya no existen pobres, ya no los hay. Nuestra sociedad les ha quitado el derecho a llamarles así, ahora ya no son pobres, son fracasados, son vagos, son gente que no merece vivir porque no han sabido aprovechar sus oportunidades. Los odiamos por miserables y nos separamos de ellos como de la peste. No me toques, no me hables, déjame en paz, ¡qué asco nos dan los pobres! ¿No se puede alguien encargar de ellos? Yo no, otro, que lo haga otro, los servicios sociales o algo, que los quiten de las calles, que estorban, son feos, no es mi problema, yo pago mis impuestos, porque lo mismo que hay basurero alguien será el encargado de quitar a toda esa gente.

 Esta reflexión viene en recuerdo de una de las peores escenas sociales que he visto, acontecida un triste día en las calles de una Ciudad. Era una fría mañana de lluvia, caminaba por una calle, que conecta la plaza con el centro de la ciudad. Allí, en el helado suelo yacía un hombre dormido, de los que llaman sin techo, la gente pasaba a su alrededor esquivándole y pisoteando a escasos centímetros de su cabeza. Unos pasos delante mío caminaba un hombre, alto, delgado, de unos cuarenta años, y al llegar a la altura del indigente le veo agitar los brazos indignado, con los ojos llenos de ira, mirando hacia los lados y gritando.

 - ¡Cerdo! ¡Vago! ¡Guarro!, ¡Que no quieres trabajar! ¡Vergüenza debería darte! ¡Parásito!

 Me quedé horrorizado de la escena, ¿qué había hecho aquél hombre?, ¿era ahora pecado ser pobre? Pasé al lado del vagabundo y me fijé en él. No se había movido ni un centímetro, permaneció impertérrito ante el aluvión de insultos. ¿Cómo alguien era capaz de machacar a una persona que se encontraba tan mal? Se notaba a simple vista, a aquel pobre ya no le importaba nada, ni siquiera él mismo, arrojaba su cuerpo por los suelos a riesgo de que todos le pisoteasen, y no reaccionaba ante nada; podría haber estado perfectamente muerto y el resultado hubiese sido el mismo.

 Pero os puedo asegurar una cosa, que el más miserable de aquella calle
no era ese hombre, sino la bestia que lo vapuleaba en público con la boca llena de odio. ¡Ese sí que tenía miserias en la cabeza! Que la crisis le pille confesado.

9/4/13

SER POBRE.

Un padre económicamente acomodado, queriendo que su hijo supiera lo que es ser pobre, lo llevó para que pasara un par de días en el monte con una familia campesina.

 Pasaron tres días y dos noches en su vivienda del campo. En el carro, retornando a la ciudad, el padre preguntó a su hijo

 ¿Qué te pareció la experiencia?...
 Buena, contestó el hijo con la mirada puesta a la distancia.

 Y... ¿qué aprendiste?, insistió el padre...

 El hijo contestó: Que nosotros tenemos un perro y ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina con agua estancada que llega a la mitad del jardín... y ellos tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde hay pececitos, berro y otras bellezas. Que nosotros importamos linternas del Oriente para alumbrar nuestro jardín...mientras que ellos se alumbran con las estrellas y la luna.

 Nuestro patio llega hasta la cerca...y el de ellos llega al horizonte. Que nosotros compramos nuestra comida;...ellos, siembran y cosechan la de ellos. Nosotros oímos CD's... Ellos escuchan una perpetua sinfonía de bimbines, chuíos, pericos, ranas, sapos cocorrones y otros animalitos....todo esto a veces dominado por la sonora saloma de un vecino que trabaja su monte.

 Nosotros cocinamos en estufa eléctrica...Ellos, todo lo que comen tiene ese glorioso sabor del fogón de leña. Para protegernos nosotros vivimos rodeados por un muro, con alarmas... Ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus vecinos.

 Nosotros vivimos 'conectados' al celular, a la computadora, al televisor... Ellos, en cambio, están 'conectados' a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde del monte, a los animales, a sus siembras, a su familia.

El padre quedó impactado por la profundidad de su hijo...y entonces el hijo terminó:

 Gracias papá, por haberme enseñado los pobres que somos!

 Cada día estamos más pobres de espíritu y de apreciación por la naturaleza que son las grandes obras de nuestro creador. Nos preocupamos por TENER, TENER, TENER Y MAS TENER en vez de preocuparnos por SER.

El rey translúcido

Lo malo de la transparencia es que se ve todo y hasta los niños, sobre todo los niños, pueden ver que el rey está desnudo con sus vergüenzas al aire y no revestido con un traje invisible como en el cuento de Andersen El traje nuevo del emperador. La Casa Real es sobre todo virtual y proyecta, proyectaba, una imagen de honorable impecabilidad que trascendía a todos sus miembros. Protegido por una coraza de inmunidad, de impunidad, y arropado por arrullos cortesanos a izquierda y derecha, el rey que nos dejó Franco atado y bien atado ha vivido en un limbo dorado, ajeno a las críticas, reverenciado incluso por sectores que se definían como republicanos pero que no dudaron en abdicar de su republicanismo en pro del pragmatismo para apuntarse a una transición pactada. Transición venía de transigir y transigieron. Y escamotearon al pueblo que llamaban soberano su capacidad de decidir su forma de gobierno, presuntamente para preservar la paz que nos legaba Franco, mentor excelentísimo del nuevo rey y muñidor de una original reinstauración monárquica que se saltaba el sagrado orden dinástico.

 Durante muchos años (incluso pocos serían demasiado) cada vez que alguna voz aislada y consecuente sacaba a colación el dilema monarquía-república, otras voces autorizadas y autoritarias se aprestaban a resaltar la inoportunidad del planteamiento. Había temas más importantes que resolver, no era el momento, ya no hacían ruido los sables, pero la inestabilidad económica o la estabilidad social eran prioritarias. Hasta los comunistas habían avalado una Constitución que definía a España como un reino, aunque fuera una taifa del sur de Europa. La izquierda seguía siendo republicana en la intimidad, pero ni un paso más allá. Abundaban las disquisiciones del tipo: yo no soy monárquico, soy juancarlista o soy republicano, pero no lo digo muy alto para no discutir.

 Hoy la Corona solicita su admisión en la Ley de Transparencia, advirtiendo que habrá de ser una transparencia limitada. La Corona quiere ser translúcida para limitar los daños algo más que colaterales del caso Urdangarin y la imputación de una infanta, para frenar su vertiginoso descenso de popularidad y credibilidad. La familia real es disfuncional y las familias reales están obligadas a funcionar como modelo, paradigma de la institución familiar sin mácula. Los trapos sucios se guardan en el baúl de la tatarabuela Isabel que se fue al exilio por conducta inmoral y regresó, (parece que los Borbones siempre lo hacen) para seguir cabildeando en los albañales de la política de la época.

 Pero la ley de transparencia afectará con diferentes raseros también a los políticos y todos podremos revisar las cuentas que nos presenten, aunque no sus ajustes de cuentas. Expertos en contabilidad creativa y en maquillaje de cifras, los políticos nos mostrarán impecables balances de impecabilidad hasta el último céntimo, tan creíbles como los cuentos que en el día a día nos cuentan, juego de luces y de espejos que disimula en la oscuridad y en la opacidad, sus cuentas en b, en c y en x, sus fondos reservados en paraísos fiscales y sus fondos de reptiles. Si la transparencia fuera total tanta luz nos cegaría como una radiación nuclear, habría explosiones en cadena y quedaría devastada la devastada nación y las multitudes se lanzarían a las calles horrorizadas, indignadas y escandalizadas.

 Pero… ¡un momento! Las calles ya están a rebosar de multitudes indignadas, sin ley de transparencia el velo ha empezado a descorrerse y lo que ha quedado al descubierto (solo la punta del iceberg) ha desatado mareas de protesta en todos los frentes. Sus flujos, en esta primavera de crecidas, anegan los prados de La Moncloa y de la Zarzuela. Crecen las aguas del descontento y seguirán creciendo porque incluso los meteorólogos del Gobierno, los más interesados en ofrecer buenos pronósticos, sitúan en un horizonte cada vez más lejano los tiempos de bonanza. No son buenos tiempos para la opacidad, la sombra de Wikileaks y los papeles del Vaticano se ciernen sobre los guardianes de los secretos que pretenden inútilmente sustraerse de las redes y esquivar el bulto. La credibilidad de las instituciones se esfuma con los primeros rayos de luz. Si supiéramos todo lo que tendríamos que saber, todos seríamos antisistema salvo los que viven del sistema, que nos prefieren ciegos y enajenados

8/4/13

FELIPE GONZÁLEZ CON UNA INSIGNIA FALANGISTA

Cuando una imagen vale más que mil palabras: Una foto de Felipe González con una insignia con el yugo y las flechas en el pecho

 Como es sabido, los principales fundadores del PSOE en la transición democrática provenían del falangismo. Es también el caso del PSOE de Extremadura. Muchos de ellos han tratado de borrar cualquier tipo de huella documental que atestigüe tal pertenencia. Un claro ejemplo es de su figura más emblemática, es decir, Felipe González, alias Isidoro. Éste, por su condición de universitario, optó por realizar el servicio militar obligatorio en las milicias universitarias en los años sesenta. Era un privilegio y exigía, por supuesto, voluntad porque lo que sí era obligatorio era ir como recluta y soldado raso.

 Según el artículo 1º del Decreto de 22 de febrero de 1941, "los miembros del Frente de Juventudes encuadrados en el Sindicato Español Universitario recibirán la instrucción militar superior en la Milicia Universitaria de Falange Española Tradicionalista y de las JONS". Que quede claro que esto no lo hacía cualquiera. Las milicias universitarias utilizaban un emblema en forma de placa que se ponía en el pecho (en la derecha).

 El escudo era una adaptación del que utilizaba el SEU (el yugo y las flechas falangistas y el cisne (símbolo de Cisneros) con fondo ajedrezado y dos espadas que cruzaba éste como signo del Ejército de Tierra. También llevaba el uniforme dos cordones, uno de color gris, y otro con el color específico de la carrera que correspondiese). Esto es Memoria Histórica, pero de verdad. Y que el PSOE estuvo de vacaciones durante el franquismo, pues mayor prueba no puede existir para corroborarlo.

5/4/13

La infanta imputada, la monarquía tocada.

Lo que muchos sospechábamos al fin ha sucedido, no podía ser que toda la dirección de Noos estuviera imputada y la infanta no. No podía ser que la mujer de Diego Torres estuviera imputada y la mujer de Iñaki Urdangarin no lo estuviera por ser un miembro de la casa real.

 Ha sido la reacción de uno de los imputados, Diego Torres, resentido por no conseguir la inmunidad que deseaba y por el trato diferencia que se estaba dando a su mujer con respecto a la infanta Cristina, lo que le ha hecho tirar de una manta que ha acabado con la imputación de la infanta y que pone en una muy difícil situación a la monarquía.

 Diego Torres ha ido manejando con absoluta precisión la información que sobre el caso Noos obraba en su poder y ha provocado la imputación del circulo cercano a infanta, su secretario Carlos García Revenga y posteriormente el Conde de Fontao, para finalmente cerrar el circulo con ella misma. Ha sido el objetivo sistemático de Diego Torres y siguiendo la máxima “o nos salvamos todos o no se salva nadie”, lo que al final ha posibilitado lo que la inmensa mayoría de la ciudadanía esperaba: la imputación de la infanta por su relación en los negocios de su marido. Pero también la actitud firme del juez Castro es la que lo ha posibilitado.

 Muchas han tenido que ser las presiones que el Juez Castro ha tenido que recibir, empezando por la fiscalía, para que no se imputase a la infanta por las repercusiones que tendría sobre la credibilidad de la monarquía. Al final han pesado mas las evidencias. Dice el juez Castro en el auto de imputación que "Surgen una serie de indicios que hacen dudar de que [la Infanta] desconociera que su esposo la utilizaba como vocal en el ámbito de influencia de Nóos. Conviene despejar en cualquiera de los sentidos, antes de finalizar la instrucción de esta pieza, la incógnita". Muy claro lo debe tener el juez para haberse atrevido a imputar finalmente a la infanta. Y como un elemento justificativo hace suyas las palabras del Borbón: "Evitar el descrédito de la máxima de que la justicia es igual para todos". El juez Casto ha actuado de una forma valiente.

 La monarquía, con esta imputación, queda muy tocada. Se configura como una institución corrupta y presuntamente delictiva. A las actuaciones de la infanta hay que añadir las propias del Borbón, para cada vez mas se vea la institución monarquía como una institución obsoleta y corrupta. Sus cada vez más públicas amantes, la mas que dudosa actuación del Borbón en el intento golpe de estado de Tejero, la opacidad de sus cuentas y sus negocios, su herencia llegada desde cuentas en paraísos fiscales, etc. ponen en entredicho a la monarquía y hacen que vaya siendo hora de que se habrá un debate serio sobre la conveniencia de la pervivencia de esa institución obsoleta. Los responsables que no sea posible, de momento, serán los partido monárquicos P.P. y PSOE, que justifican las actuaciones de los miembros de la casa real y son conniventes de sus actos por impedir que la transparencia entre en esa intuición. Están permitiendo y alentando una impunidad y opacidad que no hace sino incrementar el desprestigio de lo que ellos llaman “marca España” y poniendo en cuestión la credibilidad de las instituciones españolas y del propio país ante nuestros socios europeos.


 Bienvenida sea la imputación de la infanta, porque contribuye a que todos seamos más iguales ante la justicia y a colocar a la monarquía en el lugar que se merece.