Casar de Caceres

27/12/13

Lo que han cambiado los tiempos

Una vez más, me he puesto a pensar en lo que han cambiado los tiempos. Concretamente, a un determinado tipo de comportamiento social. A esa obediencia férrea, y no digo respeto sino obediencia, que nos obligaban a tener a los niños por entonces a los mayores, fueran o no familiares. Recuerdo, en mi infancia, como se te acercaba cualquier persona mayor y te mandaba a hacer un recado o cualquier cosa, sin preguntarte si podías o querías hacerlo y sin ni siquiera pedírtelo por favor y tú obedecías sin protestar, aunque lo que te hubiera mandado no fuera de tu agrado o tuvieras que ir a otro sitio. Sabias que lo tenias que hacer, porque si no, esta persona que tu apenas conocías, directamente te daba una bofetada o en el mejor de los casos se lo decía a tu padre y lo hacia él.

 Entonces el tema de la obediencia, nuestros padres le daban un valor excesivo y solían confundirlo con el respeto y solían decirte aquello de: a las personas mayores hay que tenerle respeto, que confundidos estaban, al menos en cuanto a la forma. Quiero recordar, también, con respecto al tema estudios, como nuestros padres autorizaban a los profesores a que nos castigaran, sino atendíamos o no nos enterábamos de las cosas que explicaban.

 Esta obediencia se aplicaba incluso con tus hermanos mayores. Yo no tuve más elección que obedecer, pues era el pequeño de los hermanos. Pienso que este nivel de obediencia, llegaba en ciertos momentos a rebasar determinados cánones sociales y se convertía en miedo, por eso creo que nunca se llego a ese famoso respeto del que nuestros mayores hablaban, puesto que el miedo y el respeto son incompatibles. 

Con respecto al cambio social , en cuestión , todos podemos comprobar , a día de hoy ,como no se le ocurre a nadie por mayor que sea , mandar a ningún niño o adolescente a algún recado , salvo que el niño sea familiar muy directo , porque de lo contrario , se arriesga en el mejor de los casos , a una negativa y en el peor , a una mala contestación . No quiero pensar, si un profesor le da una bofetada, a un niño o le levanta la voz, pues ese mismo día están los padres en el colegio a poner una queja o incluso en el juzgado a poner una denuncia.

 Claro que todo este cambio, como todas las cosas tiene su cara y su cruz. Esta muy bien eso de que no se abuse y no se utilice a los niños a conveniencia de los mayores, pero a veces caemos en una protección excesiva de los niños y ellos se dan cuenta y muchos de ellos abusan de esta situación, con lo cual pasamos al lado contrario y se produce entonces una situación de desobediencia absoluta, falta de respeto e incluso falta de moralidad. Por tanto pienso que esto es un arma de doble filo y hay que cogerla con mucho cuidado.

 La libertad y el respeto hacia los niños debe cumplirse pero hay que administrarlo con mucha cautela y a las dosis adecuadas , no seremos mejores padres por colmar a nuestros hijos con toda clase de libertades y caprichos , todo lo contrario les estaremos haciendo un flaco favor y los convertiremos en personas con muy pocos valores humanos y el día de mañana puede que hasta nos lo echen en cara , por no haberles sabido dar una educación ejemplar .Demos a nuestros hijos , la libertad que se merecen , pero mezclada con una buena dosis de disciplina , ética , honestidad y respeto . Si lo conseguimos, estaremos creando una generación ejemplar y un país con futuro.

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