Casar de Caceres

6/3/13

La tierra de sol a sol

En estos tiempos complicados, en los que vamos tirando como podemos, los que podemos, que también los hay que ni si quiera cuentan con un recortado sueldo a fin de mes y aunque este reducido salario se volatilice en cuestión de horas, me planteo seriamente el sentido de nuestra vida, de la existencia del hombre en esta época que nos ha tocado vivir. En la que podemos disfrutar de incontables artilugios que nos hacen tener una vida mejor, la thermomix que te hace la comida, el robot que te barre la casa, la lavadora, el micro-hondas, ordenadores, tablets, móviles de última generación, play3, televisores de xx pulgadas para ver la tele como si estuvieras en el cine y total para lo que hay que ver, un montón de canales y pocos se salvarían de la quema.

 Si nos vamos atrás solo un par de generaciones, es cierto que nuestra abuelas limpiaban el suelo de rodillas y lavaban a mano y algunas no tenían ni agua en las casas.

 Ellas que en su mayoría seguro que no salieron en su vida de su pueblo o ciudad, iban de viaje de novios si lo tenían al pueblo de al lado y no sabían ni que existían los cruceros ni los aviones y que parieron sin epidural y criaron solas a varios hijos, sin ayuda, sin guarderías sin potitos ni cólicos del lactante y que no conocieron tantas cosas que hoy "disfrutamos" por no hablar de ellos que en la ciudad trabajaban en lo que podían. Los que nacieron en los pueblos la tierra de sol a sol y sin fines de semana y que me decís del mar, aunque ese oficio no creo que haya cambiado mucho y todo para sacar adelante a la familia....
 -Eso si que era trabajar y no lo que hacemos ahora y encima nos pagan y todo...- Sus esfuerzo y sacrificios eran mayúsculos comparados con los nuestros, pero eran libres.
 Si libres, sin hipotecas, seguros, impuestos, especulación, políticos que no miran por el pueblo sino por los poderes en la sombra que son quienes nos están exprimiendo las entrañas. Solo somos mano de obra que mueve los países y cuando uno ya no está viene otro y lo sustituye, somos solo números que seguimos trabajando de sol a sol, hombres y mujeres y nuestros hijos se crían solos sin esa figura tan necesaria. Pobres niños, por suerte yo no estaré aquí dentro de sesenta años cuando algún nieto mío haga reflexiones sobre este tema.

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