El cauce de la charca

A primera hora de esta tarde los casareños no dabamos crédito a lo que estabamos viendo. Teníamos ante nosotros decenas de imágenes insólitas debido a la crecida de la charca, que ha provocado una riada que se ha prolongado hasta la zona de la ermita de Santiago, llevándose por delante todo lo que tenía a su paso. 

Durante horas se han registrado intensas lluvias en la localidad que han provocado este desastre. Numerosas parcelas han quedado anegadas por el agua, pero lo más destacado ha sido la intervención de los bomberos para ayudar a salir de su turismo a un matrimonio que intentaba circular por la calleja de la Pascuala, próxima a la zona de la Kinea, cuando se han visto sorprendidos por la riada que ha invadido toda la zona. La pareja no ha sufrido ningún daño, pero sí su vehículo, que ha tenido que ser atado a un árbol para que no se lo llevara la corriente que ha invadido con fuerza la calleja. "No había apenas agua, pero de repente la fuerza del agua se ha llevado la tierra y se les ha quedado el coche encajado y han tenido que salir corriendo y esperar a que vinieran los bomberos"; Todo ha quedado en un susto, pero de momento tuvieron que ver cómo su turismo soporta los azotes del agua en la calleja próxima a su parcela.

 Decenas de curiosos se han echado a la calle para ver lo que estaba sucediendo. "Esto era impresionante, nunca hemos visto algo así", expresaban con la cámara de fotos en la mano y sin parar de disparar por el objetivo.

 Los propietarios de las parcelas próximas al regato de Cagancha también han tenido que actuar de forma rápida para evitar que sus animales salieran perjudicados por la presencia del agua. "Hemos venido en cuanto nos hemos enterado, está todo inundado", decían. De hecho, algunos animales que no han sido rescatados por sus dueños permanecían en las parcelas. Se han podido ver gallinas subidas a los olivos y perros a los tejados de las casas.

 Una tarde ajetreada también para la Guardia Civil que ha vigilado durante un largo rato la carretera de La Encarnación, también colapsada por el agua. Lo mismo sucedía en las proximidades de la ermita de Santiago donde numerosos curiosos se han aproximado para ver cómo el agua desembocaba hasta esa zona.