Casar de Caceres

21/6/13

Más que ayer pero menos que mañana

Puede que sea consecuencia de este clima cambiante que padecemos que, con el paso continuo de calor a frío y otra vez a calor, está reblandeciendo las neuronas de algunos dirigentes significados de la CEOE, incluyendo a su propio presidente. Si no resulta difícil entender que en la semana en la que celebran su Asamblea General se puedan pronunciar tantos disparates y por tanta gente. Resulta realmente patético cuanto menos oír de su director de relaciones laborales, el señor De la Cavada, cuestionar el derecho del trabajador al permiso de cuatro días por muerte de familiar fuera de su localidad, como si los familiares de los trabajadores, que desgraciadamente van siendo casi menos que los de los parados, fuesen miembros de una raza inmortal a los que hubiera que negar el derecho a la vida eterna, que tal como está la que no es eterna, pudiera resultar la más justa de las aspiraciones humanas. Pero buceando un poco en las aguas procelosas de la trayectoria vital del dirigente empresarial al que nos referimos no tiene que resultar extraño lo que pudiera parecer un despropósito verbal, pero que en realidad no es sino un triste ejercicio de sinceridad y coherencia personal y a las pruebas me remito. Este señor ya fue sancionado a finales de 2010 por la Autoridad Laboral por humillar a sus trabajadores como bien recoge el diario El País en su edición digital de hoy, y es el mismo que planteó en sede parlamentaria un contrato para jóvenes sin derechos. Todo ello viene a dibujar un perfil “esclavista” que provocaría la envidia de los grandes latifundistas americanos del algodón de los siglos XVII y XIX si levantaran la cabeza.

 Pero sería un grave error considerar que el señor Cavada ostenta en solitario el monopolio de la excentricidad empresarial, el propio Presidente, el señor Rosell, ha venido a confirmar que Cavada no es una especie en extinción ni un “lobo solitario” en el universo intelectual de la dirección nacional de CEOE. Rosell ha venido a cuestionar, bendito espíritu asambleario capaz de provocar tal ejercicio de sinceridad, la EPA como instrumento de medición del desempleo real de nuestro país. Da igual que la encuesta sea un instrumento que goza de un reconocimiento indudable a nivel internacional, para él sólo tiene valor el paro registrado en las oficinas de empleo negando así una realidad largamente aceptada en la historia laboral de nuestra democracia, para él la condición de parado exige del ritual desesperante de la cola ante la oficina del paro, de la voluntad del parado de convertirse en “estadística oficial”, y todo aquel que no haya pasado por esa especie de “harakiri laboral” no tiene el derecho a ser considerado un trabajador en paro.

 Pero no acaba aquí su ejercicio de “didactismo” neoliberal, se atreve también el señor Rosell, cuyas declaraciones me llevan a pensar que hubiera sido mejor que la ventanilla de registrar empresarios hubiera estado cerrada el día que el apareció por allí, a marcarle el camino al señor Montoro, al que por cierto no hace falta que nadie le marque el camino en materia de adelgazamiento de las Administraciones Públicas, indicándole que la solución está en pagarle el subsidio a los empleados públicos y dejarlos en su casa para que no gasten en teléfono, papel y no hagan tantas leyes para complicarles la vida, así como suena y se queda tan pancho este adalid de lo privado al que algún episodio repentino de amnesia ha debido hacerle olvidar a su antecesor en el cargo, el ínclito Díaz Ferrán, cuya vida Instituciones Penitenciarias guarde muchos años.

 Pero que el ambiente reinante en la Asamblea empresarial es capaz de provocar el exceso verbal, rayando en el disparate “marxista”, con enorme facilidad, lo confirma el discurso del propio Presidente del Gobierno, el Señor Rajoy, o mejor dicho algunas de sus frases. Decía el Señor Rajoy que “lo peor ha pasado”, que es el “remake” gubernamental de los “brotes verdes” socialistas, y que estamos en el “prólogo o la primera página” de la recuperación. No me digan que este hombre no es gracioso, es el mismo que hace unos días decía que estamos “mejor que el años pasado pero peor que el próximo”, qué capacidad intelectual!!! hay que ser tan bueno como él para poder convertir la situación española en la versión política de la medalla de la Madre, “hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana”, qué lujazo de asesores!!!

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