Una marea de casareños ha acompañado a la patrona en su peregrinación hasta la localidad. Hacía más de cuarenta años que la Virgen del Prado no llegaba portada a hombros desde su santuario hasta la parroquia del municipio.
El XXV aniversario de su coronación canónica ha hecho posible este acontecimiento que ya forma parte de la historia de la localidad. Más de un millar de personas han arropado a la imagen hoy durante los más de diez kilómetros de recorrido. Se han vivido casi cinco horas de trayecto, en los que la alegría, la emoción y el fervor de todo un pueblo han quedado señalados en el calendario este 4 de agosto.
Todo empezaba a las cinco de la mañana, cuando centenares de personas han sido trasladadas en autobús hasta la ermita del Prado. Otras muchas han ido en sus coches, y ha habido grupos de peregrinos que han llegado a pie a recoger a la patrona. Los organizadores calculan que en el momento de la salida, a las 7.30 horas, había más de un millar de personas alrededor de la Virgen. Durante el trayecto se han ido incorporando más grupos, y en la fuente del Pilar, los que aguardaban eran los niños con sus padres.
La Hermandad de la Virgen tenía todo controlado. Han ofrecido desayunos para todos los asistentes. Dulces, cafés o zumos. Todo lo necesario para iniciar con buen pie la marcha hacia el pueblo. Puntuales, como estaba previsto, y tras la bienvenida a todos los presentes por parte del Obispo de la Diócesis Coria-Cáceres, Francisco Cerro, se ha iniciado la peregrinación.
Aunque en un primer momento se contabilizaban unos 150 costaleros, durante el recorrido el número de devotos que ha querido portar a la Virgen ha sido mayor. Lo mismo ha sucedido con la imagen de El Niño, que principalmente ha sido trasladada por mujeres casareñas. Entre los grupos participantes han estado 'La banda er pito', integrada por doce jóvenes casareños que han vestido una camiseta blanca en la que se hacía referencia a este aniversario. También ha estado la peña 'Los chuchos', así como un grupo de mujeres que han realizado parte del trayecto.
La Virgen lucía esbelta en el paraje de la Jara. Llevaba el traje que la anterior directiva le había regalado. Ha peregrinado sin el rostrillo, porque la Hermandad quería evitar que ese adorno que rodea habitualmente su cara dañara su imagen durante el recorrido. Y, esta vez, la rodeaban claveles blancos y rosas.
Durante la mañana, se han vivido grandes momentos de alegría y emoción, que ya no podrán borrarse de la imagen de muchos. La primera parada se ha establecido junto a la vía vieja. Allí la Virgen ha ocupado su mesa, y los casareños le han cantado La Salve. Los organizadores han ofrecido fruta, dulces y bebidas para continuar la caminata.
Luego, nueva parada en la fuente del Pilar. Y antes de llegar al pueblo, junto a La Encarnación, la Hermandad le ha colocado su corona de oro. Con ella ha sido recibida en el pueblo. Las calles engalanadas, la gente aplaudiendo su llegada y lágrimas en los ojos de muchos. Los balcones lucían la imagen de su patrona y las mejores telas. Los banderines blancos y azules abrían el paso a la Virgen. Las campanas han tocado a su paso por La Encarnación, la parroquia y San Bartolomé.
La patrona ha entrado en el pueblo a las 11.15 horas aproximadamente. En la plaza de toros, un grupo de jóvenes le han rendido homenaje alzándola por todo lo alto. Luego ha recorrido la calle El Santo, la Ronda del Ejido del Santo y la calle Larga Alta. Allí aguardaban decenas de personas, sobre todo, mayores que esperaban con ilusión a su patrona. Durante el desfile, algunos devotos le han ofrecido ramos de flores.
El sacerdote, Ceferino de las Heras, que ha realizado junto a las autoridades municipales y todos los integrantes de la directiva el largo recorrido ha sido el encargado de dar la bienvenida a la Virgen al llegar a la parroquia. Feliz con lo que estaba aconteciendo ha destacado la implicación de los casareños con su patrona y ha felicitado a la Hermandad y a todos los organizadores que han hecho posible esta jornada.
El sentir del pueblo era el mismo. Todo ha salido como se esperaba, gracias a la implicación de un gran número de casareños. La Hermandad ha agradecido una y otra vez la participación de los vecinos. Ahora, quedan diez días para disfrutar de la presencia de la patrona. Serán días de fiesta, donde la exaltación de los casareños por la Virgen se dejará notar en cada rincón, en cada calle en la que la Madre de los casareños haga acto de presencia.
