La vida institucional de los pueblos es,en ocasiones, un frio conjunto de decisiones políticas diseñadas por las autoridades municipales. El tiempo que hemos denominado como “los años del silencio” (1939. 1975) no lo entendemos como una época en la que siempre paso lo mismo; no es cierto que aquellos años fueron pasando sin que nada nuevo ocurriese; el imperio ideológico franquista inicia leves cambios tras una primera veintena de años durísimos. Con la llegada de los años sesenta, el régimen se suaviza.
Los años “mas silenciosos” son los padecidos inmediatamente después de la Guerra Civil. Poco a poco, a partir de los sesenta, siempre muy despacio, los ciudadanos comienzan a saber exponer, con extremada cautela, sus opiniones.
Los años del silencio tienen un comienzo y una historia precisa; son las consecuencia directa del enfrentamiento político y social que explota y, más tarde, se agrava con la Guerra Civil, que enferma de manera crónica con la Dictadura del General Franco y que, finalmente, se cura con la llegada de la Democracia. Las cicatrices perduran; bien es verdad que no se airean; pero también es verdad que las familias que sufrieron los agravios trasmiten a sus hijos y nietos historias y anécdotas sin fin. Las cuentan en veladas tranquilas, en momentos precisos, en círculos cerrados. Nadie las proclama a los cuatro vientos, pero todo el mundo asegura conocerlas.
Los intentos por recuperarlas han de ser pacientes y están envueltos en el miedo al recuerdo; nadie quiere contarlas, pero tampoco nadie quiere que se pierdan. Es como un tesoro oculto que no conviene destapar ni consumir.
Ni que decir tiene que las creencias políticas no podían expresarse en público. El silencio no se consigue tan solo en las personas que estuvieron comprometidas políticamente a favor de la gente sencilla; el silencio se impuso además, de manera rotunda, en la gente sencilla.
El 18 de septiembre de 1940, vuelve a constituirse de nuevo la Comisión Gestora del Ayuntamiento de casar; por decisión del Gobernador Civil se cesa a los componentes actuales y nombra para sustituirlos, un total de ocho personas, que votan entre sí a los siguientes cargos:
Alcalde Presidente: Adrian Bermejo Casares; Teniente de Alcalde: Antonio Casares Espada; 2º Teniente de Alcalde: Juan de Dios López Izquierdo; Regidor Sindico: Cándido Torrero Fernández.
La regulación de los precios de la leche que se lleva a cabo en la sesión del 28 de septiembre de 1940, en pleno año del hambre, pone de manifiesto que el casar continua vertebrado en torno a una economía de base agro ganadera; pero supone, en opinión de los autores, una nueva constatación, los inicios de la dedicación a la producción lechera de los ciudadanos del Casar. A instancia de los vendedores de leche, la comisión gestora estima que dada lectura de la instancia suscrita por Juan Conejero Sanguino y otros varios vecinos mas vendedores de leche de vaca en la que solicitan le sea concedida oportuna autorización para elevar el precio del litro de leche de ochenta céntimos a una peseta el litro en vistas de la carestía y elevación de los precios de los piensos para dicho ganado tienen en la actualidad. Terminada la lectura de dicha instancia, àbrese una amplia y detenida deliberación en la que intervienen todos los señores gestores acordándose por unanimidad fijar a partir del día primero del próximo mes de octubre el siguiente precio para el litro de leche: a noventa céntimos durante los meses de septiembre a febrero inclusive, de setenta céntimos el litro durante los meses de marzo a mayo inclusive y de ochenta céntimos durante los meses de junio a agosto inclusive. Y que estos precios se hagan públicos por medios de bandos para el conocimiento del vecindario.
Las actas capitulares abordan en estos primeros años del franquismo los mismos asuntos que en periodos anteriores; la preocupación por las obras publicas, aunque ya se habla de asfalto de calles y no de empedrados; la escasez de los jornales (un bracero cobra escasamente cinco pesetas de jornal); la ejecución de un nuevo muro en la charca nueva.
Como asunto destacado o anecdótico señalaremos la compra de una máquina de escribir con destino a las oficinas municipales por estimarla de imprescindible necesidad (acuerdo recogido en la sesión de 5 de agosto de 1944). El hacer ofrecimiento de los solares para dichas construcciones a obra sindical del hogar, a la cual, en virtud de las facultades que a los Ayuntamientos confiere del Decreto del ministerio de la gobernación de 16 de octubre de 1941, le serán cedidos gratuitamente los terrenos necesarios de la finca de los bienes de propios de este municipio denominado Ejido de Arriba.
Los intentos por solucionar el abastecimiento de agua al pueblo que se recogen en el acta de 2 de mayo de 1955, construyen otro de los hechos destacados del periodo. El señor presidente hizo una amplia exposición del estado en que se encuentran las obras de captación de agua para el abastecimiento publico que se hicieron el pasado año en el sitio Pinar del Rio, mediante cuyas obras quedo terminado la construcción del pozo de quince metro de profundidad y tres metros de diámetro y una galería subterránea de cien metros de longitud con altura de dos metros y anchura de uno aproximadamente. Como así mismo el depósito de recogida de aguas para una cabida de cien metros cúbicos. Ahora, falta pues para completar la obra, la instalación eléctrica y bomba para la elevación de agua hasta el depósito y la colocación de una tubería de unos seiscientos metros para la conducción de agua del depósito al pueblo.