Casar de Caceres

23/7/11

LA TORTA DEL CASAR

La Torta del Casar es uno de los mejores quesos y de los más reconocidos de la Comunidad Autónoma de Extremadura y no es algo de extrañar, dado el magnífico sabor y textura que ofrece. Este singular queso puede ser disfrutado con unas tostas, como ingrediente en diferentes recetas o incluso en forma de helado.
La Torta del Casar tiene una gran historia, aunque la primera referencia escrita del queso data de 1791, posiblemente ya se elaboraba mucho antes. Actualmente se elabora en 36 términos municipales de las comarcas cacereñas de Sierra de Fuentes, Montánchez y Llanos de Cáceres, zonas muy consolidadas en el pastoreo.
La Torta del Casar es un queso con Denominación de Origen Protegida que se elabora a partir de leche de cruda de las ovejas merinas, una de las razas más extendida en todo el mundo, y de las ovejas entrefinas, fruto del cruce de la raza merina y raza castellana o manchega. En el vídeo podéis ver todo el cuidado proceso de elaboración de uno de los quesos de carácter y calidad que se elaboran en nuestro país.

Las ovejas son ordeñadas un par de veces al día bajo extremas medidas higiénicas, la leche resultante es recogida en cisternas isotérmicas que la mantienen a una temperatura constante de 4º C. Una vez en la quesería, comienza el proceso de fabricación a través del cuajado, proceso en el que se añade a la leche agua que ha estado macerándose con los pistilos del cardo silvestre (Cynara cardunculus). Este proceso tiene una duración de entre 50 y 80 minutos a una temperatura máxima de 32º C. Una vez obtenida la cuajada, se rompe en granos y se procede a la separación del suero.
Una vez retirado el suero, el cuajado resultante se introduce en los moldes que le darán forma al queso, como podéis ver, este proceso de fabricación es industrial aunque respetando la tradición. Posteriormente se realiza el prensado de cada molde a fin de eliminar totalmente el suero que pueda contenerse en la cuajada, el prensado durará entre 3 y 8 horas.
El siguiente paso es retirar el molde y realizar la salazón que puede ser seca o húmeda, aplicando directamente sal a cada pieza de queso o sumergiéndolo en salmuera (agua con una alta concentración de sal). El queso ya tiene su forma y los elementos necesarios para el siguiente paso, la maduración. En unas cámaras con temperaturas que oscilan entre los 4 y los 12º C y una humedad relativa de entre el 75 y el 90%, la Torta del Casar reposará como mínimo unos 60 días.
Durante este periodo de tiempo los quesos son volteados diariamente para obtener homogeneidad en el proceso de maduración, poco a poco los quesos adquieren su color y forma característicos. Se envuelven a fin de evitar que el queso cremoso que se encuentra en el interior pueda salir de la corteza semidura, terminaría expandiéndose y rompiéndose si no se envolvieran.

LA IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN


Un alto en el camino merece la Iglesia Ntra. Sra. de la Asunción, parroquia de Casar de Cáceres y fiel reflejo de la arquitectura renacentista extremeña con claros elementos góticos. Sus orígenes se remontan a fines del s. XIII y comienzos del XIV. El crecimiento demográfico del pueblo exigió su ampliación en el año 1.505, dotándose al primer templo de una capilla mayor y una torre más amplia. Obra erigida con sillares graníticos por el  maestro cantero Pedro de Ibarra, el edificio ostenta unos muros de metro y medio de grosor apoyados en sólidos contrafuertes; la cantería predomina en gran parte de la obra, si bien se aprecia la mampostería en algunos lugares. Su interior ofrece una amplia cabecera con bóvedas de crucería gótica, destaca la Sacristía y, por supuesto, el Retablo Mayor, declarado Bien de Interés Cultural, restaurado en el s. XVI al encontrarse el antiguo en muy mal estado. Este último se estructura en tres grandes lienzos y está dividido en siete calles que alojan esculturas y pinturas varias del pintor placentino Pedro de Córdoba


SAN BLAS

vivió en la segunda mitad del siglo III y primeros años del IV. Su vida y su personalidad causaron tal impacto, que experimentó en seguida la sublimación de la leyenda, de manera que toda ella nos ha llegado embellecida con los atributos propios de los grandes santos de Oriente. Eso hizo que fuese uno de los santos más populares de la Edad Media. Según la leyenda, San Blas fue médico en Sebaste (Armenia). Se hizo muy famoso en esta profesión porque realizó muchas curaciones milagrosas. Al quedar vacante la sede episcopal, fue consagrado obispo de aquella ciuadad. Pero deseoso de huir del bullicio del mundo, se retiró a la soledad y a la austeridad de una caverna. Allí vivió en perfecta armonía con la naturaleza.
Compartía su morada con las fieras, que nunca intentaron siquiera agredirle. Allí le descubrieron, rodeado de sus fieras, los criados de Agrícola, el prefecto de Capadocia, que por deseo del emperador Licinio andaba a la caza de cristianos insignes para convertirlos al paganismo.
 Fue encarcelado, y como no hubo manera de hacerle renegar de su fe, el emperador mandó decapitarlo. Fue en el año 316.
Varias tradiciones conservamos en torno a San Blas: se le considera aún hoy patrón de los cardadores porque sus verdugos, antes de decapitarle, le desgarraron todo el cuerpo con unos peines de cardar la lana. En muchos lugares, el día de su fiesta se bendicen dos velas en cruz con las que se toca la garganta de los fieles para prevenir las enfermedades laríngeas, porque según la tradición San Blas, estando en la cárcel, curó a un niño que se moría por habérsele atragantado una espina.
Se bendice también el 3 de febrero pan y sal para la curación de hombres y bestias. Se bendice asimismo el aceite de los candiles. En Rusia es considerado patrón de los ganados porque las fieras acudían a él para que las bendijera.

Hallan restos originales de la ermita de la Virgen del Almonte

Nadie podía presagiar que tras una pared pintada de blanco y con problemas de humedad se pudieran encontrar restos de la construcción original de la ermita de la Virgen del Almonte. Esta edificación, ubicada junto a la ermita de San Benito y San Blas, es en la actualidad la casa que representantes de la Cofradía de estos santos de la localidad, junto con los mayordomos, se encargan de mantener en buen estado.
­Hace unos meses, mientras los jóvenes que integran esta cofradía, realizaban trabajos de limpieza y adecentamiento de este edificio se toparon con algunos resquicios que datan de siglos atrás. Su curiosidad les hizo adentrarse en descubrir qué había tras las paredes de esta arcaica ermita, que hoy día está rodeada por naves y habitaciones aledañas que se construyeron hace años por ermitaños que allí vivieron. "Empezamos a raspar las paredes y comprobamos que sonaba como si estuvieran huecas, así comenzamos a descubrir todo lo que allí se escondía", explican representantes de la cofradía.
­Con un minucioso trabajo lograron sacar a la luz algunos restos que se usaron para construir esta ermita. Trozos de columnas de mármol rosáceo se habían hacinado en la fachada principal de esta edificación, en el interior de las dos únicas ventanas de ventilación con las que cuenta este antiguo edificio. "Creemos que estas columnas estaban originalmente junto al ábside, decorando esta parte del templo una en cada extremo", detallan.
­La sorpresa crecía cuando estos jóvenes comprobaban que de esa fachada principal surgían más piezas antiguas. Así lograron destapar las pilas bautismales que esta ermita presentaba en sus orígenes junto a la puerta principal. Unas pilas de cerámica azul y blanca que aún conservan un óptimo estado pese al paso del tiempo.
­Serigrafiado
­Otro de los resquicios más valiosos que se han encontrado ha sido el serigrafiado del arco de la puerta central, de color blanco y cuyos extremos están repintados en negro. Las capas de pintura escondían este trabajo original que hoy día sorprende a quienes lo han visto. De hecho se deja entrever entre las paredes que el serigrafiado continúa por diferentes zonas del interior de este templo.
­Se trata de un trabajo delicado y lento porque pretenden conservar su estado original evitando que se dañe su estructura. Estos aficionados investigadores resaltan que "hay zonas que no hemos podido conservar por su mal estado, ya que es una construcción muy modesta de ladrillo visto, sillería y adobe, y que con el paso del tiempo se ha ido perdiendo".
­A día de hoy, la fachada exterior del ábside conserva su estado original. En la nave principal de la ermita había una zona de artesonado de madera, cuyos restos también se han encontrado estos jóvenes. Aseguran que las últimas imágenes del artesonado se encuentran en los archivos fotográficos de la Diócesis. "Queremos que la gente conozca y vea todo lo que aquí existe, vamos a seguir trabajando para descubrir los orígenes aunque ninguno de nosotros hemos estudiado arqueología ni arte, y vamos averiguando todo esto de lo que leemos de libros antiguos y de lo que nos van contando", añaden.
­Una leyenda
­Tampoco se conoce la fecha de construcción de esta ermita. "Cuenta la leyenda que un pastor se encontró a la Virgen del Almonte junto a los riberos del Almonte y en honor al hallazgo se construyó esta ermita", relatan. Además, existen dudas sobre el paradero de la Virgen que desapareció de la ermita. Ahora el pueblo cuenta con una réplica de la imagen que se encuentra en la ermita de San Benito y San Blas.
­Junto a todas estas ruinas ocultas también se han hallado manuscritos en latín, los cuales han sido localizados en las habitaciones próximas a la ermita. "No sabemos de que época serán pero nos han dicho que uno de los textos es un misal que se ponía en el altar cuando el sacerdote no estaba presente", apostillan.
­Estos jóvenes tienen claro que continuarán con su labor voluntaria y desinteresada para intentar aproximarse a los orígenes de esta ermita, y al mismo tiempo averiguar la fecha en que fue construida. "No hemos encontrado a nadie del pueblo que supiera que allí se encontraban estas ruinas pero seguiremos averiguando cosas aunque sabemos que es un trabajo que nos llevará mucho tiempo". Así, habrá que esperar a los próximos hallazgos.

15/7/11

LA ESTACION DE AUTOBUSES DE CASAR DE CACERES

SOBRE LA CREATIVIDAD EN LA ARQUITECTURA
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Regresaba ayer de un corto viaje y decidí apartarme de mi ruta brevemente para visitar un asombroso edificio del que había leído algunas cosas y visto unas cuantas fotos: la estación de autobuses de Casar de Cáceres, concluida en 2004 por el arquitecto extremeño Justo García Rubio.

Bien mereció la pena el desvío. Ya casi en una de las salidas del pueblo tenía ante mi una asombrosa construcción; un edificio concebido como una doble parábola que se pliega sobre sí misma y genera dos espacios nítidamente diferenciados. De un lado un andén cubierto para el autobús y los viajeros que lo esperan; de otro, un espacio que aloja una breve sala de espera y una cafetería.
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Todo ello se concibe empleando un material, el hormigón armado y generando una superficie continua que produce dos bucles, de manera que el conjunto se pliega sobre si mismo, sin perder la continuidad de una misma líneas curva.
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Así pues, unión y separación al mismo tiempo, para crear una pequeña obra de arte que me ha resultado de los más creativo, original y lúcido que he visto en los últimos años en la arquitectura contemporánea. Todo arranca de la parte derecha del edificio, según lo mira de frente el espectador. Ahí se levanta la parábola grande para abrirse hacia la izquierda y descender suavemente. Entonces la curva de hormigón gira y cambia de dirección y altura, vuela hacia la derecha para generar la sala de espera y la cafetería y, de nuevo, girar en sentido inverso. Un movimiento casi escultórico. Por lo demás, ese espacio interior se cierra en vertical con grandes cristaleras que lo hacen prácticamente diáfano y, para colmo de bienes, se completa con un mobiliario que (al menos visto desde fuera) parece no recargar el exiguo espacio.
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De esta forma, en un pequeño pueblo extremeño, que alcanza sólo los 5000 habitantes, un arquitecto de obra escasamente conocida y alejado del relumbrón mediático que ahora rodea a algunos de sus colegas más famosos ha sido capaz de dar una hermosa y humilde lección sobre un tema básico: el de que la arquitectura puede convertirse a veces en un ejemplo de creatividad y transformarse en Arte, con mayúsculas

10/7/11

DON ANGEL RODRIGUEZ CAMPOS

En la película 'La Lengua de las Mariposas', Fernando Fernán Gómez, en su papel de maestro republicano, decía que España se podía salvar si una generación recibía una buena educación. Quizás eso es lo que ha pasado en Casar de Cáceres, que durante más de 40 años tuvo un maestro singular.
 En 1913 llegó a este pueblo el maestro Ángel Rodríguez Campos, con 29 años. Cuentan de él que había nacido en Mogarraz (Salamanca), que se quedó huérfano de padre y después, a los 7 años, murió su madre, algunos aseguran que falleció cuando estaba durmiendo con su hijo en un colchón en el suelo. El niño se educó en un orfanato de los Padres Paúles en donde tomó gusto al latín, la literatura clásica y el griego.
 A los 14 años asombró a Marcelino Menéndez Pelayo por su manera de hacer versos en latín. Más adelante asistió a las clases de Griego de Miguel de Unamuno con el que se llegó a cartear en esa lengua.
 En Casar de Cáceres siguió escribiendo prosa y verso en griego y latín, y fue entonces cuando se le dio en transformarse en una especie de reencarnación de Homero o Sófocles. Vestía con túnica, manto y sandalias. Se dejó el pelo rizado largo, que a veces sujetaba con una cinta de tela o con una redecilla, y en vez de llamarse Ángel pasó a adoptar el nombre de Helénides de Salamina. De esta guisa se puso a componer su gran obra maestra 'El Panelenio' que tardó en escribir siete años. Son 21.000 versos en los que cuenta la odisea del héroe Teucro hasta que funda Salamanca. La obra fue publicada por la Diputación en 1988. Tiene 665 páginas.
 Lo más curioso del caso es que si llega a pasar en otro pueblo, el maestro hubiera sido tomado por loco y le hubieran echado tras quejarse al gobernador civil. Pero en Casar respetaron a don Ángel, que se desvivía por sus alumnos. Con ellos formó un grupo de exploradores, e impartía clases al aire libre. Fue maestro hasta 1954. Llegó a dar estudios de Magisterios a tres discípulos. Enfermó y uno de ellos le acogió en su casa. Murió a los 72 años, el 26 de agosto de 1956. Las fiestas del Ramo de aquel año debieron ser tristes.