Calles, escaleras, medios de transporte y otros ámbitos del espacio público sólo
excepcionalmente prevén la obligación de la accesibilidad universal.
Construir un mundo para todos es posible. Por falta de planeación en la arquitectura, el 10
por ciento de la población, que vive con discapacidad, ve recortada su libertad y sufre una
efectiva e invisible discriminación.
La eliminación de barreras arquitectónicas para personas con discapacidad y para personas
que no lo son pero que atraviesan por determinadas condiciones, como es el caso de las
embarazadas, constituye una preocupación relativamente nueva entre los profesionales del
arte de la construcción y también entre los funcionarios de gobierno.
Los primeros que impulsaron cambios en esta materia fueron, como no podía ser de otra
manera, las organizaciones de la sociedad civil.
En España nos encontramos con un sin fin de barreras para la inclusión no solamente de tipo
Urbanístico, sino también de acceso a la comunicación, al transporte, educación, salud y por
Consecuencia lógica, en esta cadena de discriminación, al empleo.
Para las personas con discapacidad, su entorno puede convertirse en un mundo
infranqueable: los obstáculos se multiplican en calles y caminos, ascensores, medios de
transporte, lugares de esparcimiento. Son las aceras rotas, la puerta estrecha, la
inalcanzable taquilla del cine, la imposibilidad de utilizar el baño o ese sitio donde no hay
manera de bajar hasta él.
Cuando se aborda el tema de la inclusión se reafirma la universalidad, indivisibilidad,
interdependencia e interrelación de todos los derechos humanos y libertades fundamentales,
así como la necesidad de garantizar que las personas con discapacidad los ejerzan
plenamente sin discriminación.
El enfoque de derechos humanos, en este caso, es el que se
refiere a la libertad de desplazarse y es fundamental.
Es desde ésta óptica que podrían plantearse dos tareas por delante:
1. reformar lo ya
construido, en la medida de lo posible, para adecuarlo al mayor número de gente,
2. impedir
que en las construcciones nuevas se vuelvan a cometer los mismos errores que antaño.
“Juntos por un Mundo sin barreras”
Programa Institucional sobre Discapacidad
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